Henry Ford Hospital de Frida Kahlo- Análisis visual

No hace mucho tiempo, una maestra muy agradable y crítica en la Universidad de Montréal me sorprendió asignando a una de las respuestas que di en un examen parcial un CERO contundente. La razón?... ella me la dio con una frase única y elocuente: Georgette, no has hecho el real esfuerzo que sé que podrías hacer, yo sé que lo puedes hacer mejor que eso... La respuesta fue como una cachetada. Es verdad... estuve mal acostumbrada a hacer sólo el esfuerzo necesario para obtener un resultado que podría calificarse como bueno. Había caído en el curso de una maestra que quería que me esfuerce lo más posible, no sólo debía hacer el esfuerzo normal por la investigación y la minucia en mis respuestas, sino también hacer el esfuerzo por comprender y hacerme comprender por escrito y de manera impecable en un idioma que hasta mis 23 abriles no había sino tan solo balbuceado.... el francés.

Producto de mis platicas con ella, surgió la idea de reivindicarme en el trabajo de fin de sesion que nos dejó por hacer. El análisis de una pintura realizada entre 1890 y 1950 de entre muchos autores que se revisaron en su curso -haciendo la restricción de concentrarse en el análisis, pues según ella muchos estudiantes y maestros se confunden abundando en datos... un análisis solo debe consistir en analizar-. Uno de esos pintores era Frida Kahlo.

HENRY FORD HOSPITAL O LA CAMA VOLANDO

En el año de 1932, Frida Kahlo, artista mexicana, viviría uno de los momentos más dolorosos de su vida: la pérdida de su hijo durante un mal parto. Este hecho pondría fin a su tan anhelado sueño de convertirse en madre. 

Para Frida el diagnostico era muy claro: su cuerpo no era capaz de soportar el crecimiento de un bebé por dos razones, la primera, como consecuencia de un aparatoso accidente sufrido durante su juventud, y la segunda, una mal formación congénita de su útero. Frida describiría posteriormente esta pena como "una pena como para volverse loca".

Con la intención de reprimir sus sentimientos, Frida trabajará en una serie de dibujos y litografías sin precedentes, trabajos que se concretizaran en la producción de su obra "Henry Ford Hospital" o "La cama volando".

Esta obra, pintada al óleo sobre una placa de metal, nos ofrece una imagen de la artista sobre su cama de hospital. Se puede observar también la presencia de elementos dispersos a su alrededor, algunos de los cuales aparentemente no tienen ninguna relación con el drama representado en la obra. Sin embargo, estos objetos comparten una significación que se encuentra codificada detrás de la imagen concreta que se ha representado. El estilo "naïf" de esta obra, así como los materiales utilizados en su realización, la presencia de símbolos, y las características formales de la pintura nos permiten asociarla con los ex-votos mexicanos. Frida crea pinturas cercanas a los tradicionales cuadros votivos con la intención de poner una distancia entre su espíritu y sus penas.

Los ex-votos son pinturas tradicionales hechas a petición de los devotos creyentes como medio de solicitud de un milagro o a manera de agradecimiento por el cumplimiento de uno, son mayormente dirigidos a los santos o a la virgen. El ex-voto es una expresión popular de la cultura tradicional mexicana, en la cual dos planos son representados: primero está el plano real, donde se presenta un hecho concreto, y el segundo es el plano providencial, donde se manifiesta la intervención milagrosa de la divinidad.   Ambos planos representados de manera simultánea constituyen un enigma debido a su dualidad expresada por la presencia de lo posible y de lo imposible en un mismo espacio (obsérvese los ejemplos presentados más adelante).   La diferencia con la pintura de Frida se encuentra en un hecho simple, Frida no representa más que un sólo plano, y éste constituye el la circunstancia que ella quiere comunicar.

Para Frida existe un sufrimiento real, un suceso real, pero no existe esperanza. Henry Ford Hospital, es la representación de su propia tragedia, en la cual, ella se transmuta en la mártir -que remplaza la imagen de la divinidad- en el momento de la pérdida de su hijo. A pesar del distanciamiento entre esta imagen central y la aparente desconexión de los otros elementos, en su significación todos terminan representando la misma realidad que Frida ilustra en un único plano. Estos objetos incluso contribuyen a clarificar su mensaje. Inspiradas del mundo de lo real, estas imágenes representadas por Frida, no representan lo real, sino el mundo subjetivo de su paisaje interior, el sufrimiento.

Los seis objetos-símbolos que se encuentran en el cuadro conectados por medio de cuerdas rojas a la mano de Frida, tienen todos una significación asociada a la sexualidad y a su embarazo interrumpido.  El primer objeto en la parte superior izquierda, es un objeto médico que representa un abdomen en donde Frida nos muestra algunas de las causas que provocaron su mal parto: la estreches de su útero y el mal estado de su columna. El segundo, en la parte superior al medio, es un feto masculino, que representa su hijo muerto. El tercero, en la parte superior derecha, es un caracol, que en la cultura nativa representaba la fecundidad y la femineidad de la mujer, los nacimientos, y la sexualidad femenina; este elemento nos muestra claramente la impregnación del espíritu de la artista y su imaginería con elementos propios de la cultura popular mexicana. El cuarto elemento en la parte de abajo a la izquierda representa una máquina, y según la opinión de diferentes autores podría tratarse de una parte de lo que vendría a ser un esterilizador a vapor de los que se utilizaban en la época. Esta "maquina" en su condición de objeto industrial y real vendría a representar la "realidad", es decir,  una conexión que nos informa que la tragedia representada permaneció solo en el plano real, y que a su vez resalta la ausencia de una participación divina. El quinto, en la parte central inferior, es una orquídea violeta, recuerdo de aquellas que le fueron llevadas al hospital por la Sra. Edsel Ford, a los ojos de la artista la flor era un símbolo de sentimientos, al mismo tiempo que nos invita a recordar el ciclo inevitable de la vida, la naturaleza y su poder incontrolable. Y por fin, el sexto y último objeto, en la parte inferior a la derecha, es la representación de un hueso pélvico, elemento relacionado a los daños sufridos a causa de su accidente en un tranvía, que fue también una de las razones por las cuales su embarazo no pudo llegar a término.

La imagen de una Frida ensangrentada sobre su cama puede ser comparada con las imágenes ensangrentadas del sagrado corazón de Jesús y María, o las imágenes de los santos martirizados a quienes van dirigidas generalmente las pinturas votivas.   En el ex-voto la figura principal es siempre la divinidad que produce el milagro, pero en "Henry Ford Hospital" es Frida quien se convierte en el centro de interés porque ella es la víctima de la ausencia de intervención divina.

Sobre la cama en la pintura podemos encontrar, paralelamente a las notas habituales de las pinturas votivas, algunas notas indicativas con respecto a la tragedia: la fecha y el lugar de los hechos. Pero, a diferencia de los ex-votos, en la pintura de Kahlo no se encuentran agradecimientos porque en su caso no hay ninguna razón para agradecer.

Todos los elementos flotan aparentemente en el espacio, se nos muestra un paisaje con una línea divisoria horizontal sobre la cual pequeños edificios industriales nos transportan hacia la escena espacio-temporal que ella vivió: Detroit y sus grandes y frías industrias.  El espacio del soporte con respecto a los elementos deja una sensación de vacío en el espectador. La perspectiva utilizada provoca una disociación de los elementos, esta disociación nos indica que estamos ingresando en el espacio interior de la artista. Un espacio donde podemos ser sorprendidos por la ingenuidad y simplicidad de los dibujos y por el tratamiento aparentemente sencillo de los colores, este universo puede provocarnos ternura, compasión, y puede transmitirnos también el dolor y el sufrimiento, la pena, todo eso simultáneamente. Este tipo de sentimientos que también se pueden manifestar cuando admiramos un ex-voto mexicano, en el que la dualidad entre la angustia de la tragedia y el prodigio del milagro nos invaden de manera conjunta. Sin embargo Frida nos deja la admiración que nos provoca contemplar hasta que punto el ser humano puede resistir y sobre llevar su propia tragedia y sufrimiento.